Hace unas semanas, unos vecinos marchaban de vacaciones por cuatro días y nos pidieron el favor de quedarnos con su perro, un cachorro que no llega al año de vida. Jamás habíamos tenido un perro en casa, ni tampoco ningún otro animal, pensando en el trabajo y la enorme responsabilidad que ello conlleva. Lo cierto es que accedimos, más por nuestros hijos, a quienes la idea les entuasiasmó desde un primer momento, que por contentar a nuestros vecinos, quienes además barajaban otras posibilidades en caso de una negativa por nuestra parte. Pues bien, ¡MENUDA EXPERIENCIA! "Coco", que así se llama el perro, revolucionó toda la casa con su energía, su vitalidad y sus ganas de jugar con nosotros. Corriendo desesperado tras la puerta y golpeándola con su patita cuando nos marchábamos; saltando, brincando, meneando la cola y ladrando, loco de contento, cuando regresábamos. Su alegría innata, su reacción pronta ante una simple mirada o gesto por nuestra parte, y sus continuas muestras de gratitud por cualquier cosa... por una sencilla caricia, nos cautivaron a todos. Observándolo, uno piensa que en verdad es mucho lo que podemos aprender de los animales. O tal vez debería decir reaprender, porque esa "sabiduría natural" que reza el título del video, también está ahí, dentro de nosotros. Pena que haya quedado relegada a un segundo plano, escondida tras los convencionalismos sociales aprendidos desde la infancia, aplastada bajo el enorme peso de nuestro ego, superyó, o como quiera que se llame eso que nos impide acceder a nuestro verdadero ser interior. Supongo que es parte del precio de ser seres "inteligentes" y "racionales"... En fin, que mis vecinos se marchan de nuevo, esta vez por diez días, y estamos toda la familia deseando de nuevo tener a Coco entre nosotros, disfrutando de su compañía. Asegurado que no nos va a defraudar.
Bienvenido, José María! Estas experiencias con los animales nos abren a una visión mucho más amplia de nosotros mismos. Una vez que entramos en sintonía con esa espontaneidad algo se modifica en nuestro interior. Y eso es muy bueno!
2 comentarios:
Hace unas semanas, unos vecinos marchaban de vacaciones por cuatro días y nos pidieron el favor de quedarnos con su perro, un cachorro que no llega al año de vida.
Jamás habíamos tenido un perro en casa, ni tampoco ningún otro animal, pensando en el trabajo y la enorme responsabilidad que ello conlleva.
Lo cierto es que accedimos, más por nuestros hijos, a quienes la idea les entuasiasmó desde un primer momento, que por contentar a nuestros vecinos, quienes además barajaban otras posibilidades en caso de una negativa por nuestra parte.
Pues bien, ¡MENUDA EXPERIENCIA!
"Coco", que así se llama el perro, revolucionó toda la casa con su energía, su vitalidad y sus ganas de jugar con nosotros. Corriendo desesperado tras la puerta y golpeándola con su patita cuando nos marchábamos; saltando, brincando, meneando la cola y ladrando, loco de contento, cuando regresábamos. Su alegría innata, su reacción pronta ante una simple mirada o gesto por nuestra parte, y sus continuas muestras de gratitud por cualquier cosa... por una sencilla caricia, nos cautivaron a todos.
Observándolo, uno piensa que en verdad es mucho lo que podemos aprender de los animales. O tal vez debería decir reaprender, porque esa "sabiduría natural" que reza el título del video, también está ahí, dentro de nosotros. Pena que haya quedado relegada a un segundo plano, escondida tras los convencionalismos sociales aprendidos desde la infancia, aplastada bajo el enorme peso de nuestro ego, superyó, o como quiera que se llame eso que nos impide acceder a nuestro verdadero ser interior. Supongo que es parte del precio de ser seres "inteligentes" y "racionales"...
En fin, que mis vecinos se marchan de nuevo, esta vez por diez días, y estamos toda la familia deseando de nuevo tener a Coco entre nosotros, disfrutando de su compañía.
Asegurado que no nos va a defraudar.
Bienvenido, José María! Estas experiencias con los animales nos abren a una visión mucho más amplia de nosotros mismos. Una vez que entramos en sintonía con esa espontaneidad algo se modifica en nuestro interior. Y eso es muy bueno!
Publicar un comentario