sintonía

El principal objetivo del Yoga ancestral era descubrir el orden cósmico mediante la inspirada visión interior y el éxtasis, para luego proyectar ese orden al propio ámbito, a la interacción humana a través de actitudes y actos correctos.

En la antigüedad el hombre siempre estuvo preocupado por la comprensión del orden cósmico, observando los ciclos del sol, de la luna, de los planetas, las estrellas y los ritmos terrestres. La mayoría fueron cuidadosos observadores de este juego celestial y las fuerzas naturales. Pensaban que si la vida humana no se reflejaba en la armonía del cielo, conduciría al caos, la anarquía, la devastación y el sufrimiento individual y colectivo. En esta profunda preocupación respecto al orden celestial es donde se encontran los inicios de la astrología y la astronomía. De hecho, tal como ha demostrado el profesor Subhash Kak, el Rig Veda, el libro sagrado más antiguo del hinduismo, encierra un código astronómico que se refleja también en la construcción de los altares védicos del fuego.

Los antiguos eran conscientes de la relación entre el universo exterior y el interior, entre el mundo objetivo y el subjetivo. De este modo estableciendo la armonía dentro del propio ser, se aseguraba por extensión la armonía en su familia y para la comunidad en general. Algo que en la actualidad está bastante olvidado: la interconexión entre todas las cosas.