miércoles, 2 de diciembre de 2009

un pequeño gran gesto

utilizar las escaleras no sólo es muy saludable para las personas sino también para la Tierra!
ayer en el periódico ADN salió una nota en la sección Xprésate que invita a la reflexión. ¿cuántas veces hacemos cosas sin pensar y sin ser conscientes de las consecuencias? ésta es la nota:

"Era la hora de ir a casa a comer. Trabajo en el último piso de un edificio de 12 plantas y estaba esperando el ascensor para bajar a la calle. Me hizo reflexionar, y creo que tiene mucha razón, el compañero que trabaja en mi misma oficina. Al ver que yo había apretado los botones de todos los ascensores para no perder demasiado tiempo en la espera y coger el primero que llegara, me aseguró que él ya había abandonado esa costumbre.¿Llamar todos los ascensores para luego finalmente coger sólo uno? Entonces,¿para qué hiciste subir todos los otros? ¿No te das cuenta de que, haciendo eso, los ascensores gastan energía eléctrica inutilmente? Esa energía eléctrica se produce quemando carbón, gas natural, petróleo, o a través de centrales nucleares. Contamina. Usemos la electricidad con sentido común." Gonzalo García, de Barcelona.

¿cuántos segundos nos habremos ahorrado cuando lleguen todos los ascensores a la vez? O, aún llegando sólo uno primero ¿cuántos segundos nos hemos ahorrado? ¿qué haremos con todos esos segundos? ¿cuánto habremos ganado a favor del entorno evitando este gesto tan impensado como inútil? ¿cuánto podríamos ganar todos, si miles de dedos en el mundo dejasen de tocar compulsivamente el botón del ascensor?

3 comentarios:

José María dijo...

Patricia, ya hace tiempo que bajamos por las escaleras cuando salimos de tus clases.
¡Tú lo que quieres es que también subamos por ellas!
Hoy no pude venir. Me quedé con las ganas.

Patricia dijo...

bajarlas es más fácil, pero subirlas no estaría nada mal! te estuvimos esperando...

José María dijo...

Tampoco resulta tan difícil subir por las escaleras. Si queremos, incluso podemos convertirlo en un placer. Basta con pensar que estamos realizando un gesto saludable para nosotros mismos y para el Planeta o, incluso, que somos afortunados por poder subirlas, puesto que llegará el día en que, aunque queramos, no podremos hacerlo. Convirtiendo nuestras acciones en actos de generosidad y también de agradecimiento se vive mucho más feliz. ¡Disfrutemos pues de cada peldaño!