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Se dice que la realidad es un elefante y cinco ciegos. Cada cual ve una porción del todo y crea su propia realidad, lleva su propia verdad. Planteándonos esto surge la pregunta: ¿Entonces, qué es la realidad? Y la respuesta: ¿Cuál realidad? ¿La tuya? ¿La mía? ¿O aquella otra tal vez?
En estos tiempos vertiginosos que vivimos prácticamente casi nadie tiene tiempo de detenerse.
Detenerse y oír.
Detenerse y ver.
Comprender.
Enfrascados en nuestros propios pensamientos, rumiándolos una y otra vez vamos diseñando nuestra propia realidad, nuestra pequeña porción de realidad, la que crea y re-crea cada uno de nuestros días. Pero entonces,¿la realidad es una? ¿son varias? ¿una única realidad mirada por miles y miles de pares de ojos que la ven de manera diferente? ¿o hay miles y miles de realidades tantas como vidas hay en este mundo?
El fluir agitado y constante de los pensamientos se multiplica en incontables fragmentos de realidades, en verdades a medias; cada uno considera su realidad como la única verdad y así pasamos la vida discutiendo sobre ello.
Tras una mente agitada por incesantes pensamientos, llevamos la pesada carga de nuestra verdad-realidad fragmentada. Y vemos poco y comprendemos nada. Nuestro mundo se convierte en un círculo cada vez más diminuto cuyas fronteras son nuestros pensamientos presurosos.
Detenerse y ver.
Comprender.
Enfrascados en nuestros propios pensamientos, rumiándolos una y otra vez vamos diseñando nuestra propia realidad, nuestra pequeña porción de realidad, la que crea y re-crea cada uno de nuestros días. Pero entonces,¿la realidad es una? ¿son varias? ¿una única realidad mirada por miles y miles de pares de ojos que la ven de manera diferente? ¿o hay miles y miles de realidades tantas como vidas hay en este mundo?
El fluir agitado y constante de los pensamientos se multiplica en incontables fragmentos de realidades, en verdades a medias; cada uno considera su realidad como la única verdad y así pasamos la vida discutiendo sobre ello.
Tras una mente agitada por incesantes pensamientos, llevamos la pesada carga de nuestra verdad-realidad fragmentada. Y vemos poco y comprendemos nada. Nuestro mundo se convierte en un círculo cada vez más diminuto cuyas fronteras son nuestros pensamientos presurosos.
Aristóteles dice: "La única realidad es la verdad".
Los Yoga Sutras, en sus aforismos, nos señalan el camino hacia la comprensión de la verdad y la realidad. Pero esos senderos son sinuosos, requieren esfuerzo y perseverancia, auto superación constante y un firme anhelo de llegar a la comprensión de esa realidad última, la auténtica libertad interior. El Yoga y su práctica constante, a través de sus posiciones físicas, respiratorios, descontracción profunda y meditación nos va marcando el sendero para lograr esa desfragmentación, sentirnos enteros, íntegros, en un estado de equilibrio y armonía interior.
¿Es la realidad un rompecabezas y cada ser humano posee apenas una pieza? ¿O cada uno tiene el juego completo y sólo se trata de organizarlas? Y tú ¿qué crees?
¿Es la realidad un rompecabezas y cada ser humano posee apenas una pieza? ¿O cada uno tiene el juego completo y sólo se trata de organizarlas? Y tú ¿qué crees?
2 comentarios:
Pues yo lo que creo es que es una de las más complejas cuestiones existenciales y que continúa irresoluble a pesar de haber sido tratada por los más grandes filósofos y pensadores.
Tal vez alcanzando el samádhi se logre el entendimiento de la realidad... aunque también es probable que, llegados a ese punto, la cuestión en sí deje de ser importante.
Está gracioso lo del elefante y los cinco ciegos, pero es mejor la "Alegoría de la caverna" de Platón.
sí, la alegoría de la caverna de Platón también ilustra el tema pero mucho más profundamente.
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